El año pasado, Alana, con el apoyo de su abogada Olga Burgos, consiguió una sentencia pionera del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que sentenció que tiene que ser inscrite en el Registro Central de la Extranjería con un sexo "no especificado", "no binario" o "X", como lo tiene reconocido en su país de origen.